Un día se acerca una joven al confesionario y dice:
-Padre, confiéseme porque he pecado.
-A ver hija, ¿qué te ha pasado?
-Padre, ayer me he acostado con el cura de la parroquia vecina…
Muy mal hecho hija, muy mal, porque tú perteneces a esta parroquia…
-Padre, confiéseme porque he pecado.
-A ver hija, ¿qué te ha pasado?
-Padre, ayer me he acostado con el cura de la parroquia vecina…
Muy mal hecho hija, muy mal, porque tú perteneces a esta parroquia…